A mayor comunicación con profesionales sanitarios, mejor control de la hipertensión

Prometedora combinación de la tecnología con el apoyo personalizado al paciente para mejorar el control de la hipertensión arterial

Un reciente ensayo clínico controlado ha comparado tres estrategias para el control de la hipertensión arterial: la habitual, una basada en la monitorización a distancia con acceso a una web especializada y una tercera que a la segunda le añadían la posibilidad de hacer consultas terapéuticas a un farmacéutico entrenado.

Los resultados son significativos a favor de esta última opción (56% de pacientes con la presión sistólica controlada en comparación con el 36-37% de las otras dos opciones).

Es bien conocido que el control de la hipertensión arterial es insuficientemente efectivo, debido a una gran variedad de razones. Entre una de las principales, destaca el bajo cumplimiento, por parte de los pacientes, de los tratamientos prescritos por los médicos. A causa de la saturación de las consultas y el poco tiempo disponible para analizar el grado de cumplimiento terapéutico e individualizar las posibles soluciones, este problema necesita de nuevos abordajes.

En este ensayo clínico, se comparan dos alternativas novedosas con la asistencia habitual, aquellas utilizando la monitorización domiciliaria de la tensión arterial e Internet para facilitar el acceso a una información más detallada y fundamentada en algoritmos y guías de práctica clínica. Entre las dos intervenciones experimentales, la única que fue claramente más eficaz que la otra y que el control habitual fue la que incluyó una interacción continua y a distancia con farmacéuticos.

El diseño experimental del estudio le confiere una elevada validez interna. Asimismo, el rigor de los investigadores en evaluar diversos desenlaces importantes, entre ellos los aspectos de la comunicación médico-enfermo, le proporciona un interés adicional. De todas maneras, la validez externa se puede resentir por el moderadamente elevado nivel educativo de los pacientes incluidos.

En cualquier caso, del estudio se concluye que un sistema que combine una monitorización continua, el acceso a información específica y detallada y una mayor interacción del paciente hipertenso con los profesionales sanitarios puede ser bastante efectivo y conseguir unas mayores tasas de control de la hipertensión que las actuales. Aunque estos modelos de atención integrada deban refinarse y vencer lógicos y no tan lógicos recelos desde una perspectiva médico-centrista, se trata de un camino imparable que hemos de afrontar con rigor e ilusión.