La situación social y política actual influye negativamente en la salud de las mujeres

Un informe realizado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) analiza los datos sobre la salud de las mujeres y niñas en el mundo y establece unas líneas de cambio para mejorarla

El informe, titulado “Las mujeres y la salud: los datos de hoy, la agenda de mañana”, deja patente que los factores que impiden que mejore la salud de la mujer no son técnicos ni médicos, sino sociales y políticos. Todavía muchas mujeres siguen siendo discriminadas y víctimas de la violencia y sigue habiendo grandes desigualdades entre sexos en materia de educación, de acceso a la asistencia e información sanitaria, de acceso al empleo y de salarios. Estas inequidades entre sexos se acentúan en los países más pobres, aunque también existen diferencias dentro de un mismo país en función del nivel socioeconómico, presentando mejor salud aquellas mujeres con mayores recursos.

Las afecciones relacionadas con la sexualidad y la reproducción son una de las principales causas de morbimortalidad en las mujeres de países de ingresos medios y bajos. La falta de medios anticonceptivos y las prácticas sexuales de riesgo dan como resultado embarazos no deseados, abortos peligrosos, complicaciones en el embarazo y el parto e infecciones de transmisión sexual, sobretodo de sida, que es la principal causa de muerte de las mujeres en edad reproductiva a nivel mundial.

Además, cabe destacar la importancia de las enfermedades crónicas (como las enfermedades cardiovasculares o el ictus), los traumatismos y los trastornos mentales como causantes de mala salud en las mujeres en las diferentes etapas su vida.

Se necesitan más reformas

El informe destaca que, a pesar de los progresos realizados, son necesarias importantes reformas más allá del sector sanitario para mejorar la salud de las mujeres y niñas. Se necesitan cambios profundos en las políticas públicas para lograr una sociedad más sana, que permita el acceso a las mujeres a la educación y a la asistencia sanitaria.

En cuanto a los sistemas de salud, según los autores, se debe conseguir que éstos trabajen en favor de las mujeres, facilitando su acceso, garantizando una atención integral a su salud (no sólo limitada a la salud sexual y reproductiva) y ampliando la cobertura de intervenciones básicas como la vacunación y la asistencia al parto. A la vez, destacan que es necesario mejorar el precario conocimiento actual sobre la salud de las mujeres, empezando por una mejora de los sistemas de registro, para así poder monitorizar los progresos realizados. Todo ello se debe conseguir, según señala la OMS, mediante el estableciendo de un liderazgo más firme y de una respuesta institucional contundente, con la participación de las mujeres y sus organizaciones.