UNICEF y la Organización Mundial de la Salud presentan un programa de 7 puntos para tratar y prevenir la diarrea infantil

Las claves para la reducción de la mortalidad infantil debida a la diarrea se encuentran en el uso del suero de rehidratación oral, el empleo de suplementos de zinc y en medidas de prevención como el lavado las manos con jabón, la mejora en el abastecimiento de agua o la lactancia materna temprana y exclusiva

La diarrea es después de la neumonía la segunda enfermedad mortal de la infancia. Casi todas las muertes se observan en menores de 5 años y ocurren en países en vías de desarrollo donde la mayor letalidad se asocia con sistemas de salud deficientes, factores socioeconómicos, desnutrición y manejo inadecuado de los episodios diarreicos.

Sin embargo, es una enfermedad que se puede prevenir y tratar con facilidad. Además de elevar las condiciones sanitarias de los países, se pueden llevar a cabo unas prácticas sencillas que han sido presentadas recientemente por la UNICEF y la OMS.

El programa OMS-UNICEF: tratamiento y prevención

El programa UNICEF-OMS contiene 7 puntos. Los 2 primeros enfocados al tratamiento y los 5 restantes a la prevención. A pesar de que varios puntos de este programa se difundieron y aplicaron en los países en desarrollo desde la década de los 70, en la actualidad solamente el 39% de los niños que presentan diarrea reciben el tratamiento recomendado.

En el programa se recomienda el empleo del suero de rehidratación oral (SRO) y de zinc para tratar la diarrea. El SRO es la piedra angular del reemplazo de fluidos para prevenir la muerte por deshidratación. Su nueva fórmula de baja osmolaridad constituye un remedio sencillo, accesible y económico y ha sido considerada desde hace tiempo como uno de de los principales avances médicos del pasado siglo XX.

Por su parte, el zinc reduce la duración y gravedad de la enfermedad diarreica aguda. Una revisión sistemática ha demostrado que su suplementación durante la enfermedad produce una reducción en la duración de la diarrea, la cantidad de líquido perdido y la frecuencia de las deposiciones (Pediatrics. 2008 Feb;121(2):326-36.)

En cuanto a la prevención, cinco de las siete recomendaciones incluidas en el programa de la OMS-UNICEF se centran en ese aspecto de la enfermedad diarreica aguda. En 2006, un total de 2.500 millones de personas del mundo entero carecían de acceso a instalaciones adecuadas de saneamiento y, aproximadamente, una de cada cuatro personas en los países en desarrollo defecaba al aire libre.

Las medidas de prevención incluyen:

• - Lactancia materna temprana y exclusiva y administración de suplementos de vitamina A.
• - Vacunación contra el rotavirus y el sarampión.
• - Lavado de manos con jabón.
• - Mejora en el abastecimiento de agua.
• - Saneamiento comunitario.

Estas medidas de prevención combinadas con el SRO y el zinc en el caso de un episodio agudo, acompañados de la lactancia materna continua, pueden reducir enormemente la mortalidad en la diarrea infantil.

El informe recomienda el empleo de la vacuna contra el rotavirus, uno de los agentes más frecuentes en los episodios agudos de diarrea en la infancia. A pesar de que es una vacuna costosa, el informe pide a los gobiernos que incorporen la vacuna en los planes nacionales de inmunización.

Un llamado a los gobiernos

Cuando un niño enferma por diarrea en repetidas ocasiones su sistema inmunológico se altera y su crecimiento y desarrollo cognoscitivo quedan afectados negativamente. La diarrea infantil es una enfermedad que a pesar de su frecuencia y su impacto en la salud pasa desapercibida. Hace 30 años una campaña de la comunidad internacional tuvo un enorme éxito en la reducción de las muertes debidas a las enfermedades diarreicas mediante la ampliación del uso de la terapia de rehidratación oral. Sin embargo, en la actualidad el acceso a los tratamientos terapéuticos se ha estancado desde el año 2000. "Por supuesto, han surgido otras enfermedades que han atraído la atención del mundo...", "Pero lo que significa esta situación es que el gasto Spara reducir las enfermedades diarreicas está completamente desproporcionado con respecto a sus repercusiones", dijo Clarissa Brocklehurst, Jefa de Agua y Saneamiento Ambiental de UNICEF.