Las mujeres viven más, pero peor

Según el informe sobre Salud y Género del Observatorio de Salud de la Mujer del Ministerio de Sanidad y Consumo, la sobrecarga de roles para las mujeres y las conductas de riesgo asociadas tradicionalmente a los hombres, se han convertido en los factores que ponen en peligro la salud entre los 45 y los 65 años.

El informe sobre Salud y Género 2006 pone de manifiesto que las mujeres de entre 45 y 65 años presentan más enfermedades crónicas que los hombres y tienen una peor percepción de su salud. Los hombres, sin embargo, sufren enfermedades más graves y con un mayor índice de mortalidad.

Las mujeres viven, de media, 6,6 años más que los hombres, pero manifiestan una salud peor. Además, la percepción del estado de salud por parte de las mujeres maduras empeora a menor nivel de estudios y de trabajo cualificado.

Los dolores que más sufren las mujeres en este grupo poblacional son, sobre todo, músculo-esqueléticos (46%), seguidos de dolores de cabeza, varices y problemas psíquicos. Si bien el orden de las quejas crónicas se presenta de manera similar en ambos sexos, la frecuencia en las mujeres es prácticamente del doble al triple en todas las categorías principales (artrosis y problemas reumáticos, mala circulación, jaquecas, migrañas, dolores de cabeza y depresión). Además, los síntomas somáticos sin causa orgánica y de estados depresivos y ansiedad también doblan en frecuencia a los de los hombres. Entre el 73% y el 80% de los pacientes con estos cuadros, junto con los dolores músculo-esqueléticos, son mujeres.

Las mujeres superan a los hombres en consumo de psicofármacos: son el 75% de los consumidores totales de somníferos o tranquilizantes. Igualmente, se observa una tendencia a una mayor medicalización en el proceso del ciclo vital femenino. Por ejemplo, el climaterio se ha ido presentando como una enfermedad (síndrome menopáusico) provocando un aumento en el tratamiento farmacológico del mismo.

Las diferencias sociales pueden ser la causa

Sobre las causas de estas diferencias, los autores del informe apuntan a diferencias sociales. La irrupción de la mujer en el mercado de trabajo no ha supuesto cambios en la dedicación al cuidado del hogar. Un 40% del total de las mujeres se ha incorporado al mercado laboral. Entre las mujeres de 45 a 65 años las tareas domésticas ocupan de media una seis horas diarias, mientras que los hombres en la misma franja de edad no llegan a realizar 2 horas y media por jornada. Por otro lado, los hombres se manifiestan con una mayor predisposición a asumir conductas de riesgo y a retrasar la visita al médico, por lo que se les diagnostica en fases más avanzadas.