¿Se pueden subsanar las desigualdades sanitarias en el lapso de una generación?

La Comisión sobre Determinantes Sociales de la Salud, de la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha presentado un informe que contiene material para preparar soluciones que permitan atajar las grandes desigualdades sanitarias que existen en y entre los países

Según el informe presentado por la Comisión, si se continúa con la tendencia actual, será imposible alcanzar este objetivo. Sin embargo, apunta la posibilidad de acabar en gran medida con las desigualdades sanitarias en una generación si se lleva a cabo una acción coherente, interviniendo sobre el conjunto de los determinantes sociales, tanto para eliminar las desigualdades estructurales, como para alcanzar un bienestar más inmediato. Para ello sería necesario introducir cambios que afecten a todo el ciclo vital, desde las primeras fases de la vida y a lo largo de ésta. Se trata de un trabajo a largo plazo que requiere inversiones inmediatas y que entraña grandes cambios en las políticas sociales, los programas económicos y la acción política.

El informe, presentado a finales de agosto de 2008, analiza la inequidades sanitarias a nivel mundial y propone un paquete de medidas para atajarlas. Estas medidas giran alrededor de tres principios de acción básicos que son:

1. 1) Mejorar las condiciones de vida: las circunstancias en que la población nace, crece, vive, trabaja y envejece.

2. 2) Luchar contra la distribución desigual del poder, el dinero y los recursos: los factores estructurales de los que dependen las condiciones de vida, a nivel mundial, nacional y local.

3. 3) Medir la magnitud del problema, evaluar las intervenciones, ampliar la base de conocimientos, dotarse de personal capacitado en materia de determinantes sociales de la salud y sensibilizar a la opinión pública a ese respecto.

Se identifican además los actores de los que depende la eficacia de estas recomendaciones. La Comisión considera fundamental la función de los gobiernos a través de la actuación del sector público para la equidad sanitaria. Pero señala que no solamente son los poderes públicos quienes tienen un papel que desempeñar, sino que una intervención real en favor de la equidad sanitaria únicamente es posible a través de procesos democráticos de participación de la sociedad civil y de elaboración de políticas públicas, que gocen de apoyo local e internacional y estén respaldados por estudios científicos sobre medidas eficaces que promuevan la equidad sanitaria, con la colaboración del sector privado.

Así pues, confiere parte de la responsabilidad de la eficacia de las recomendaciones realizadas en el informe a varios actores como son: organismos multilaterales, OMS, autoridades nacionales y locales, sociedad civil, sector privado e instituciones de investigación.