Ni selenio ni vitaminas E y C: de momento no hay que recomendarlas para prevenir el cáncer

Los ensayos SELECT y PHS II no han encontrado evidencias en las que basar esta recomendación, por otro lado, tan extendida en algunos países

Desde hace muchos años se especula con la posibilidad de que la ingesta de vitaminas E y C reduzca la incidencia de cáncer, debido a su efecto antioxidante probado en el laboratorio. Hasta ahora se habían desarrollado numerosos estudios de diverso tipo y signo: entre ellos, destaca el ensayo finlandés ATBC (alfa tocoferol + beta caroteno) publicado en 1994 (N Engl J Med. 1994;330(15):1029-1035.), que constató una reducción del 34% en la incidencia de cáncer de próstata (no así en la de cáncer de pulmón). Por contra, el ensayo HOPE-T00 (JAMA. 2005;293(11):1338-1347.) no encontró diferencias en relación al cáncer de próstata entre los tratados con vitamina E o con placebo. A pesar de esta limitada evidencia, a muchos adultos, especialmente en los EEUU, se les recomienda tomar regularmente vitaminas E y C para prevenir el cáncer.

Por ello, la publicación simultánea de los resultados de los ensayos SELECT (Selenium and vitamin E cancer prevention) (JAMA. 2009;301(1):39-51.) y del PHS II (JAMA. 2009;301(1):(doi:10.1001/jama.2008.86.) representa una importante noticia, dada la amplitud de las muestras incluidas y la calidad de los estudios. SELECT constituye el ensayo clínico de mayor tamaño en prevención del cáncer realizado hasta ahora, con un reclutamiento de más de 35.000 individuos. Es notable también este aspecto en el PHS II, con más de 14.000 participantes. Ambos cumplen los requisitos esperables en cuanto a su validez interna, dherencia y realización. Merece la pena destacar que el PHSII incluyó sólo a médicos como población diana y que utilizó el correo para enviar la medicación y recoger los datos de los cuestionarios.

Los resultados de ambos ensayos pueden considerarse desalentadores: tras un seguimiento entre 7 y 12 años, en ambos estudios se observó que ni el selenio ni la vitamina E (administrados por separado o en combinación) o la vitamina C conseguían una reducción del riesgo de padecer cáncer de próstata o algún otro tipo de cáncer. El impacto sobre la mortalidad era asimismo no significativo mientras que los efectos secundarios fueron mínimos.

No se puede decir que el tema ha quedado definitivamente cerrado pues quedan algunos datos procedentes de estos estudios (y de otros) que pudieran aportar líneas de trabajo interesantes: los resultados observados tras un seguimiento más prolongado, el análisis de los subgrupos predefinidos, la relación con los niveles de PSA en el cáncer de próstata, etc... Pero, por ahora, recomendar que se tome selenio, vitamina E o vitamina C para prevenir el cáncer no tiene suficiente fundamento y no debería hacerse.