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Español Vol. 1 nº 2 Marzo 2010

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(Hospital de Sant Pau, Barcelona)

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English Vol. 1 nº 2 March 2010

Controversias

Vacuna

Salgamos de dudas: las vacunas no causan autismo

Se ha demostrado que el estudio que relacionó la vacuna triple vírica con el autismo infantil fue fraudulento y sus resultados falsos y sin base científica alguna.

La prestigiosa revista The Lancet, en su número de febrero, ha retirado un estudio publicado en 1998 en el que se relacionaba la vacunación triple vírica (para el sarampión, la rubeola y la parotiditis) con el desarrollo de autismo infantil por considerar que sus resultados fueron falsos y que la investigación fue fraudulenta (Wakefield 1998). Éstas fueron las conclusiones del General Medical Council del Reino Unido (un organismo encargado de velar por las buenas prácticas clínicas para asegurar el bienestar de los pacientes y su seguridad) tras una larga causa basada en las investigaciones del periodista británico Brian Deer.

¿Qué dijo el estudio fraudulento?

El estudio, publicado por el Dr Andrew Wakefield en 1998, analizó 12 casos de niños en que 8 de los cuales aparentemente habían desarrollado autismo después de haberse vacunado con la triple vírica.

Su publicación animó un considerable debate científico desde un primer momento. Se recibieron numerosas respuestas a la publicación argumentando que un estudio que incluyó sólo 12 niños no sirve para establecer conclusiones firmes y alertando del potencial peligro de una reducción de las vacunaciones y sus consecuencias en la salud pública. El impacto mediático fue enorme tras la publicación en una revista científica de gran divulgación y también tras las apariciones del Dr. Wakefield en medios de comunicación. El impacto fue mayor en Estados Unidos donde Wakefield alertaba del peligro de la vacuna combinada y proponía la vacunación por separado para evitar una “epidemia de autismo”. Grupos de pacientes emprendieron entonces acciones legales contra los grandes fabricantes de vacunas como Pasteur-Merieux, SmithKline Beecham y Merck, por considerar que la triple vírica podría haberles causado autismo.

La investigación del periodista Brian Deer

La investigación llevada a cabo por el periodista reveló que el Dr. Wakefield fue contratado por un abogado para realizar un estudio que mostrara que las vacunas eran peligrosas y utilizarlo contra los fabricantes de vacunas en un juicio. El acuerdo entre las dos partes se nutría de fondos públicos destinados a garantizar el acceso a la ley de personas sin recursos. A través de una empresa de su esposa el Dr. Wakefield facturó a este fondo 435.643 £ (más de medio millón de Euros). Estos conflictos de interés no fueron nunca revelados a la revista The Lancet. Posteriormente, el mismo Wakefield presentó una patente para administrar la vacuna en inyecciones separadas y organizó un entramado de empresas para comercializar su patente y tratamientos alternativos para el autismo que se verían ampliamente beneficiadas si el proceso legal daba la razón a las sospechas lanzadas sobre la vacunación.

Se demostró, además, que el estudio fue un ejemplo de investigación fraudulenta. Los 12 niños se incluyeron a través de anuncios de la campaña legal contra las farmacéuticas, ninguno vivía en Londres (como aseguraba el estudio) e incluso algunos eran hermanos. En algunos casos los niños tenían autismo antes de la vacunación, en otros nunca se diagnosticó y en otros los trastornos se normalizaron pocas semanas después. Además, el Dr. Wakefield proporcionó información falsa al comité ético que aprobó la investigación, que nunca hubiera autorizado el ensayo de haber recibido la información correcta. Los resultados del estudio del Dr. Wakefield nunca se han demostrado en más de 25 estudios posteriores.

La triple vírica en España

En España se comercializan dos marcas de la vacuna triple vírica (Priorix y M-M-RVAXPRO). En la información sobre la seguridad no aparece en ningún caso la posibilidad que pueda causar autismo. La mayoría de los efectos adversos son leves y pasajeros y sólo se desaconseja en casos de alergia conocida, en personas con una inmunidad alterada y en mujeres embarazadas. Sin ninguna duda se recomiendan para la vacunación de niños a partir de 11 meses, adolescentes y adultos frente al sarampión, parotiditis y rubéola.

Artículo de referencia:

Wakefield AJ, Murch SH, Anthony A, et al. Ileal-lymphoid-nodular hyperplasia, non-specific colitis, and pervasive developmental disorder in children. Lancet. 1998;351:637–41

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