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Español Vol. 1 nº 1 Febrero 2010

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Cama solar

La Organización Mundial de la Salud clasifica las camas solares como cancerígenas para los humanos

El riesgo de padecer un cáncer de piel aumenta en un 75% si se utilizan las camas solares antes de los 30 años de edad, según concluye un análisis realizado por la Agencia Internacional para la Investigación contra el Cáncer (IARC, siglas en inglés de Internacional Agency for Research on Cancer)

Los rayos ultravioleta (UV) o radiación ultravioleta es un tipo radiación electromagnética que se nos llega a través de la luz que proviene del sol. Hay varios subtipos de rayos UV, pero después de ser filtrados por la atmósfera los que nos llegan son del tipo A (en mayor medida), B (en menor cantidad) y C (prácticamente no llega). Las lámparas de las camas solares también emiten radiación UV, que es la responsable de que nuestra piel se ponga morena. Pero esta radiación es dañina para nuestra piel y, lo peor de todo, es que su efecto es acumulativo: cuanta más radiación UV recibe nuestra piel, más posibilidades tenemos de sufrir enfermedades como cáncer de piel o cataratas.

Clasificación de la OMS

Desde el pasado mes de agosto las camas solares han pasado a ser clasificadas en el Grupo 1 como “cancerígenas para los humanos”, el puesto más elevado en la clasificación que elabora la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto las equipara a productos cancerígenos como el arsénico, el aluminio, los rayos X o el consumo de tabaco.

El paso a la nueva categoría se basa en las conclusiones de un análisis que ha hecho la IARC sobre 20 estudios epidemiológicos, cuyos resultados fueron publicados en la prestigiosa revista médica The Lancet Oncology el pasado mes de agosto.

Según los autores del análisis, pudo comprobarse que el riesgo de padecer un cáncer de piel aumenta en un 75% si se utilizan las camas solares antes de los 30 años de edad. Además, se pudo establecer una relación entre el uso de estos dispositivos y la aparición de melanoma ocular (cáncer en el ojo). Los estudios experimentales realizados hasta la fecha con animales apoyan estas conclusiones y demuestran que la radiación ultravioleta (UVA, UVB y UVC) es cancerígena para los humanos.

Principales peligros

Entre las principales consecuencias de una exposición excesiva a la radiación UV figuran el cáncer de piel, las lesiones oculares y el envejecimiento prematuro de la piel. Así, en un estudio realizado en Noruega y Suecia se halló un aumento del riesgo de padecer melanoma maligno entre mujeres que habían utilizado camas solares con regularidad. Es más, una exposición excesiva a los rayos ultravioleta puede reducir el buen funcionamiento del sistema inmunitario, lo que podría aumentar el riesgo de enfermedades infecciosas.

Entre los efectos oculares más graves de las radiaciones ultravioleta se encuentran las cataratas, el pterigión (aparición de un bultito blanco en la córnea) e inflamaciones oculares como la fotoqueratitis y la fotoconjuntivitis. Por esta razón se recomienda el uso de gafas protectoras cuando se utilice una cama solar.

Recomendaciones de la OMS

Algunas camas solares pueden emitir niveles de radiación ultravioleta muy superiores a las radiaciones del sol estival de mediodía de la mayoría de los países. La OMS recomienda que únicamente se considere la posibilidad de utilizar camas solares bajo control médico en casos muy excepcionales y específicos. Por ejemplo, hay aparatos médicos de rayos ultravioleta que se utilizan con buenos resultados para tratar algunos problemas de la piel como la dermatitis y la psoriasis. Esos tratamientos deben administrarse únicamente bajo el control de un facultativo y en centros médicos homologados. Según la OMS, en ningún caso deben realizarse estas actividades sin supervisión, ni en establecimientos comerciales de bronceado, ni en casa con camas solares para uso doméstico.

Pese a estos peligros, en la actualidad, únicamente algunos países cuentan con una normativa en vigor que regule las camas solares o su uso. En este sentido, la OMS recomienda a los países a que formulen leyes en esta materia y refuercen la legislación de que dispongan. El objetivo debe ser el de controlar mejor el uso de las camas solares, prohibiendo, por ejemplo, cualquier actividad que implique el empleo de esos aparatos que no esté supervisada.

Referencias:

El Ghissassi F, Baan R, Straif K, Grosse Y, Secretan B, Bouvard V, et al. A review of human carcinogens—Part D: radiation. Lancet Oncol. 2009;10(8):751-2.

Exposure to Artificial UV Radiation and Skin Cancer. IARC. Working Group Reports. Volume 1 [HTML]. [PDF]

Overall Evaluations of Carcinogenicity to Humans Group 1: Carcinogenic to humans. IARC Monographs.

Organización Mundial de la Salud. [citado el 20 de noviembre de 2009]. Disponible en: http://www.who.int/es

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