Selección de dos artículos para hacer una aproximación a la pregunta de si el verano reducirá o no la transmisión de SARS-CoV-19
Autores:
Lucía García San Miguel.
Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, Ministerio de Sanidad
Agustín Portela Moreira.
Jefe del Servicio de Biotecnología, Departamento de Medicamentos de Uso Humano de la AEMPS
En el artículo de SSRN se modeliza cómo la temperatura y la humedad influyen en la transmisión de SARS-CoV-2(1). Estimando el intervalo serial y calculando el número básico de reproducción diario, en más de 100 ciudades chinas con más de 40 casos, se observa una relación lineal inversa con la temperatura y la humedad. Por cada aumento en un grado Celsius y 1% de humedad, el R0 se reduce 0,0383 y 0,0224, respectivamente. Esto sugiere que la llegada del verano reducirá significativamente la transmisión de COVID-19 en el hemisferio norte.
En el artículo de opinión del Harvard T.H. Chan School of Public Health, Marc Lipsitch, profesor de epidemiología de esta Universidad, hace una revisión crítica cualitativa de este tema desmontando mitos y analizando factores en relación con la transmisión estacional:
- Mito 1: El SARS en 2003 terminó cuando comenzó el calor. Argumenta que no fue por la elevación de la temperatura sino por las medidas adoptadas y que en Toronto cuando las medidas se relajaron volvió a resurgir.
- Mito 2: los coronavirus que causan los catarros estacionales se transmiten poco en verano. Realmente no conocemos si el comportamiento de este nuevo virus es similar a los circulantes.
Los factores que influyen en la estacionalidad de los virus respiratorios no son solo la temperatura. Como sabemos, también influyen otros factores:
- Los ambientes cerrados y secos (interior de las casas con calefacción) favorecen la transmisión del virus de la influenza pero se desconoce su efecto en los coronavirus causantes de los catarros comunes. No hay estudios de la influencia de la humedad en otros virus respiratorios diferentes a la gripe. En Singapur hubo transmisión significativa con un clima cálido y húmedo.
- Comportamiento humano: en invierno se pasa más tiempo en el interior de las casas, que se ventilan menos. En especial, la transmisión de las infecciones respiratorias ocurre en los colegios; se considera que la época de cierre de colegios es un factor que influye en la menor transmisión de infecciones respiratorias en verano. Pero se desconoce el papel de los colegios en la transmisión de SARS-CoV-2.
- El sistema inmunitario de los individuos: es peor en invierno que en verano. Se han hecho hipótesis acerca del efecto de la melatonina y la vitamina D sobre el sistema inmunitario.
- Ausencia de susceptibles: en las infecciones estacionales, tras agotarse los susceptibles, se vuelven a acumular y se repite el ciclo. En los nuevos virus como este, lo esperable es que la transmisión continúe fuera de la temporada. En el caso de la gripe pandémica, el cierre de los colegios en verano se asoció a un descenso en la transmisión que reapareció en otoño tras el comienzo del curso escolar.
Conclusión: Hay razones para pensar que al igual que otros coronavirus, el SARS-CoV-2 se transmitirá peor en verano, por diferentes mecanismos, aunque debido a la alta susceptibilidad de la población es de suponer que seguirá transmitiendo a menor intensidad. Las vacaciones escolares pueden reducir, pero no es probable que paren la transmisión.
BIBLIOGRAFÍA:
- Jingyuan Wang, Ke Tang, Kai Feng and Weifeng Lv. High Temperature and High Humidity Reduce the Transmission of COVID-19. March 9, 2020. Disponible en: https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=3551767
- Marc Lipsitch, DPhil. Seasonality of SARS-CoV-2: Will COVID-19 go away on its own in warmer weather? Disponible en: https://ccdd.hsph.harvard.edu/will-covid-19-go-away-on-its-own-in-warmer-weather/
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